Hola, amigos y enemigos. McDonalds is back, aunque nunca se fue de todo, jeje.
Aprovechando la modorra estival, regreso para hacer explotar algunos petardos. Este es el petardo nº 1: Dalogu el poli fisgando en el libro de teletipos de la guardia civil de Picassent las semanas previas y posteriores a la desaparación.
Mientras la opinión pública se contamina del borregomatrix gibraltareño con batallas de barquitos y no le presta atención a denegación de indulto a Fernando García ni al catatónico estado del sumario B, yo voy a lo mío, que es destapar un poco más la tapa de la gusanera para que veamos qué gusanos más repugnantes hay dentro disfrazados de buenas intenciones, estos no son precisamente los que hicieron ricos a los de la Lonja de la Seda, como podreis ver.
Mucho se habla en los foros de chalets y de videntes y platillos volantes en barrios de lujo madrileños, pero poco de los mentirosos del sumario, últimos en ver a las niñas, y en el papel de las fuerzas del orden locales la noche de la desaparición. Un viernes cualquiera en el que las carreteras están patrulladas por unidades de la guardia civil sin que ninguna haya podido ver «nada raro» en una carretera regional poco transitada como la que va desde la gasolinera a ese agujero oscuro que se dirige a Montserrat, donde uno de los Anglés (Ricardo) habitaba cerca de un pozo.
Las niñas fueron llevadas confiadas por lo menos en un tramo largo que según la V.O. va primero desde la gasolinera (Cano Llácer + Hervás), cruzan a pie todo Picassent sin que nadie las vea y eso que a las 8.30 es hora de misa y una marabunta de feligreses se dirigen a la ermita en dirección contraria a la suya porque son ya las 8.15 / 8.20. Pero nadie las ve ni se las cruza hasta llegar al parque (1ª versión de Ricart) o más adelante, poco antes del paso a nivel, a la altura donde la Sra. Badal dijo haberlas visto subirse a un coche (2ª versión de Ricart y la que la V.O. da por buena).
Lo mejor de todo es que entre la gasolinera y el lugar donde supuestamente se suben al coche de Ricart, se encuentra a la sazón el cuartelillo de la GC, donde, por supuesto, tampoco las han visto cruzar a pie todo el pueblo.
Después, al subirse al Opel blanco de Ricart, solo los ve la Sra. Badal a otra hora y en otra calle paralela, pero ninguna patrulla de la guardia civil al sobrepasar Coolor y adentrarse en el camino rural de Catadau que lleva a las casetas de los Tomases, el lugar oficial de autos.
¿Interesante material, eh? Pues este hatajo de «ciegos» prefieren girar la cabeza y ver a Ester en la picota con todo este hedor alcacereño apestando delante de las narices. Es que ya no ciegos, sino sin sentido del olfato, algo imperdonable para gente que se consideran sabuesos «de altos vuelos».
¿Por qué sé que estos dos tipos mienten? Porque nadie en Picassent aparte de ellos y el legia psicópata de Ricart las ha visto cruzar Picassent en hora punta de misa y de cierre de locales por la calle mayor del pueblo. No era medianoche ni el pueblo estaba desierto a esa hora.
Pues bien. Como ya conoceis mi opinión -los secuestradores son del pueblo y conocían personalmente a las niñas, por pura lógica-, voy a echarle «más miga» al asunto con otro petardo. Lo que se ve arriba es una copia de pantalla del mensaje de Dalogu, un policía nacional que participaba en el foro del Palleter a principios de la década pasada y que tuvo el privilegio de tener acceso al libros de teletipos de la guardia civil de Picassent, dependiente -oh, casualidad!- del cuartel de Patraix en el que operaba el después instructor del caso Pablo Pizarro Plaza, un viejo conocido del Sr. Miguel Ricart Tárrega.
Es una lástima que no haya fotografiado las páginas «interesantes», referentes a la semana de la desaparición. El libro de teletipos es donde protocolan las guardias y los cambios de ídem. En este mensaje Dalogu acusa («Je accusse») a la guardia civil de haber hecho la vista gorda del secuestro la noche de autos. Como prueba, se remite a los sospechosos cambios de guardia la semana de la desaparición para tener a «gente de confianza» la noche en la que Desi, Miriam y Toñi desaparecen para siempre.
Reproduciré una parte del texto a continuación, la copia se hace legible al hacer click sobre ella:
«… Al grano, me puse a investigar un poquito sobre el libro de teletipos de la GC que tenía en aquellas fechas, para informaros el libro de teletipos es un libro en el que se apunta todo lo relevante, guardias, cambios de guardia, fin de turno, etc….Curioso, el libro de teletipos tenía una gran cantidad de cambios de guardia, de controles y de patrullas nocturnas, es decir, parece ser que el cuadrante del mes estaba hecho (!!!), pero que esos días determinados (no recuerdo cuáles, pero son en los que supuestamente fueron secuestradas las niñas), se modificó, es decir, creo, a mi juicio, que algún mando quería tener a «su gente» en alerta y controlar todo (!!!), o sea, poner guardias, cabos, o quién sea, para que no viesen nada extraño, o si lo veían, ya estar avisados para mirar al otro lado, ¿lo cogeis?»
Unos días más tarde encuentra un parte de bomberos de la comunidad en el que se han encontrado dos vehículos calcinados, dicho parte pasa a la comandancia de Patraix y «ahí se queda todo». Nadie de la zona denunció robo de coche o similares en los meses siguientes.
Dalogu termina escribiendo: «¿Algo huele mal, verdad? Quema de pruebas en un lugar donde la competencia es de los mismos implicados, los cuales pueden manipular diligencias, pruebas, etc…..con total impunidad…yo creo que sí»
¿Parece disparatado? Recordemos el «secuestro paralelo» en tiempo y casi en lugar y en agentes haciendo diligencias, el secuestro de Olot, y quiénes resultaron ser los alma mater: miembros de las fuerzas del orden.
El petardo nº 2 será también muy interesante. Va de tema taurino y cornadas, con documentación fotográfica incluída -y foto de autopsia inédita, «colada» sin querer en un reportaje de RTVE de 1997.
Ni Majadahonda ni hostias empanadas.
Buenas tardes.
Mac
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